Blog Acuario Panamericano


Consejos para aumentar la longevidad de tus peces


No tener demasiada experiencia en acuarios puede llevarnos a obviar que ciertas condiciones de temperatura, temperamento o higiene de los peces pueden marcar la vida o la muerte de estos. Los peces son animales muy sensibles, sin embargo pueden llegar a vivir hasta 15 años en cautiverio. Su esperanza de vida está completamente supeditada a las decisiones que tomes y cómo regularás los factores climáticos de su entorno, así como todo lo que tiene que ver con la higiene del acuario y la alimentación que les provees. Los peces libres suelen vivir mucho menos, sin embargo las razones que limitan su esperanza de vida nada tienen que ver con el acuario, en libertad un pez se enfrenta constantemente a depredadores y a la búsqueda de alimento, sin embargo las condiciones ambientales son estables.

A nivel doméstico

Es necesario diferenciar claramente la vida de los peces de pecera y de acuario. Los primeros tienen una esperanza de vida muy inferior, la pecera no tiene por lo general ningún sistema de regulación de temperatura ni depuración del agua, además, el pez puede estar sujeto a más estrés, por lo que en pecera puede llegar a vivir en el mejor de los casos uno o dos años, aunque estas metas son bastante poco habituales.

Es muy común en primerizos mirar el acuario de la noche a la mañana y descubrir que dos peces están muertos cuando apenas llevaban ahí uno o dos meses. Y no solo eso, sino que pasados unos días descubrimos que muere otro. Esto genera una sensación de desasosiego y casi de impotencia. Conseguir que los peces vivan más de un puñado de meses parece una misión imposible al inicio. De forma general, el problema que hace que la vida de los peces sea tan corta en el acuario es que no se está consiguiendo replicar de forma óptima las condiciones de vida que el pez necesita, sea por una cuestión de temperatura, cantidad de oxígeno o de alimentación.

Dejando a un lado la inexperiencia o los errores puntuales, suele ser común que al unir en un mismo tanque a varias especies, y tratar de llegar a un término medio de las necesidades de todas ellas, lo que se consiga es que ninguna esté equilibrada, y eso acaba produciendo un desenlace fatal.

La regla social: el temperamento de los peces



Sí, los peces también tienen carácter, o como se dice más bien cuando hablamos de perros o gatos: tienen temperamento propio. No todos los peces son amigos, y es más: su carácter puede ir cambiando con el paso del tiempo. Por esta razón elegir qué compañeros de acuario convivirán es una decisión mucho más compleja y relevante que solo pensar en sus colores, forma o tipo de agua requerida. Por ejemplo, el pez ángel es una especie que no dará problemas hasta alcanzar su edad adulta, y entonces se convertirá en un depredador.

Hay peces de temperamento tranquilo y otros más agresivos, y también hay unos que necesitan más tiempo para comer y otros que devoran el alimento como una aspiradora. ¿Qué ocurre entonces? Pues que los peces que tardan en alimentarse acaban abrazando la inanición: famélicos, y los rápidos se sobrealimentan hasta explotar. Pese a que ninguno de los dos tiene porqué ser agresivo, esta circunstancia puede acabar con la vida de ambos.

La temperatura y la cantidad del agua

Ser el dueño y artífice de un acuario significa crear un pequeño universo y controlar todas sus variables, te conviertes en un Dios capaz de hacer la luz o tornar la oscuridad, de proveer alimento o de variar la climatología. Todo ello implica una responsabilidad enorme. La cantidad y la temperatura del agua son factores que pueden condicionar muy profundamente la esperanza de vida de los peces.

Ten en cuenta que por cada centímetro de pez, debes contar por lo menos con un litro de agua. Esta regla, además, requiere que observes el crecimiento de los peces, pues no es lo mismo el tamaño con el que llega el pez a casa desde la tienda de mascotas, cuando apenas tiene 3 meses y mide centímetro y medio, a cuando ya es un pez adulto de 4 centímetros. El problema de tener a varios peces en menos agua de la que requieren no es que puedan nadar con incomodidad (que también, pues eso les genera estrés y por ende, menor calidad de vida) sino que contarán con un nivel insuficiente oxígeno para sobrevivir.

El agua fría lo es siempre que no supere los 20 grados, en ese ambiente viven la carpas, el shubunkin y el pez telescopio. A partir de 21 grados al agua se le considera caliente, ahí es donde pueden convivir el pez millón, neón y betta. Conocer bien las temperaturas de los peces que vas a reunir es muy importante, porque si a una especie de agua fría la incluyes en un ambiente caliente puedes acabar con su vida en muy poco tiempo.

El acuario tiene más vida que los peces

Aunque no salta a la vista, las bacterias que conviven con los peces en su tanque son una pieza fundamental de ese pequeño mundo que has creado. La existencia de estos microorganismos sirve para hacer el entorno más habitable: se ocupan de descomponer los restos de alimentos desechados, modifican los olores y lo más importante: limpian el agua.

Alimentar a las bacterias del acuario es muy importante, existen productos químicos que puedes adquirir para que la colonia de éstas puedan vivir de forma más prolongada y con mayor riqueza, aunque las bacterias se alimentan de por sí con el amoniaco de los excrementos de los peces, lo que hace que el acuario se limpie de forma natural. Los peces no pueden vivir entre sus propios excrementos, estos convertirían su su entorno en un ambiente tóxico, por eso las bacterias ayudan a que el hábitat de los peces sea completo y más seguro.

Pese a ello, es vital que renueves el agua del acuario, especialmente para proteger a los peces de una exposición prolongada y densa de nitrito y nitrato (su propia orina). Bastará con que cambies el 10% del agua cada tres semanas y que limpies el filtro una vez a la semana.

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